Este tercer informe sobre “tramos blancos” de la Fundación Mapfre ha permitido analizar la evolución de este tipo de tramos desde 1989 e identificar los nuevos tramos más seguros. Entre los factores que se han estudiado destacan el equipamiento de la vía, el estado de conservación, el tipo de terreno, la intensidad media de circulación diaria, el porcentaje de vehículos pesados, la velocidad media, el índice de peligrosidad y el número de accidentes con víctimas por kilómetro.
En España existen actualmente 24 carreteras en las que más de la mitad de su longitud son “tramos blancos” y entre ellas se encuentran la A-41 (en Ciudad Real), la R-4 (en Madrid), la A-63 (en Asturias), la AP-36 (entre Cuenca y Toledo), la A-22 (en Huesca), y la N-629 (que discurre por Burgos y Cantabria). Los kilómetros de “tramos blancos” representan el 24 por ciento de la red estatal de carreteras.
Del informe se desprende que una baja intensidad de tráfico y unas buenas infraestructuras son dos factores decisivos para que una carretera obtenga una calificación alta en seguridad vial. Con esta investigación se pretenden extraer conclusiones que ayuden a diseñar y gestionar carreteras seguras.
Para incrementar el número de “tramos blancos”, la Fundación Mapfre recomienda mejorar la señalización, tanto vertical como horizontal y promover la conservación del pavimento, así como la conservación y protección de los márgenes de las carreteras para que en caso de salida de la vía, los daños sean los menores posibles, y mejorar la iluminación nocturna de las carreteras.
Fuente: TRANSPORTEPROFESIONAL.es